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lunes, 25 de marzo de 2013

Atapuerca

La importancia de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca, Patrimonio de la Humanidad,  ha exigido la aplicación de una técnica adecuada de gestión. Para ello se constituyó el ‘Sistema Atapuerca, Cultura de la Evolución’, que conjuga las diversas iniciativas que deben orientar la tarea común de poner en valor los recursos del proyecto Atapuerca. Este sistema está organizado a través del Museo de la Evolución Humana, que actúa como cabecera, y una serie de centros dependientes, asociados o vinculados al mismo. 


Como centros dependientes se encuentran los centros de recepción de visitantes de Atapuerca e Ibeas de Juarros, que favorecen la acogida y distribución de los visitantes a la Sierra de Atapuerca y el Parque Arqueológico.


Asimismo, el Sistema contempla centros vinculados, que tienen la función de desarrollar e implementar alguna de las funciones propias del Museo, como el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), que participa en la gestión de colecciones y vela por la correcta y adecuada conservación de los bienes culturales o naturales que se asignen o custodien de manera permanente o temporal en el Museo.


Entre los centros asociados, que potencian alguna de las funciones del MEH, se encuentran la Universidad de Burgos y la Fundación Atapuerca. La Universidad de Burgos colabora y asesora en el programa de gestión de colecciones y en el campo de la investigación permite la realización de proyectos y actividades conjuntas. Por su parte, la Fundación Atapuerca participa en la gestión de espacios y visitantes apoyando, potenciando o ampliando el programa de funcionamiento del Sistema Atapuerca y presta apoyo en materia de difusión y didáctica en las acciones destinadas a la atención complementaria al público.

homo heidelbergensis

CUANDO ME CRUCÉ CON MIGUELÓN EN TWITTER
No recuerdo cuándo me crucé por primera vez con Miguelón en twitter. Pero sin duda llamó mi atención. ¡Un homínido de medio millón de años en una red social! Tanto me gustó la situación que desde entonces no hay semana que no intercambie algún comentario con él.
 “Me encontraron en la Sima de los Huesos. Tengo 500.000 años, soy Homo heidelbergensis”, reza su biografía del perfil. En su avatar se aprecian sus rasgos primitivos. Peludo, de cara ancha, con la nariz amplia y los arcos de las cejas muy pronunciados.
“Descanso en @museoevolucion de Burgos”, añade en su bio. Este apunte me desvió directamente a la web del museo y empecé a seguir la cuenta de twitter para estar informada de cualquier actividad del museo, noticia relacionada con los yacimientos de Atapuerca y las investigaciones que se realizan sus científicos en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
Ahí pude leer que los miembros del equipo de Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca, descubrieron su cráneo en 1992.  Lo apodaron Miguelón en homenaje al ciclista Miguel Indurain que estaba ganando su segundo Tour de Francia.
El fósil fue portada de la revista Nature, revolucionó a la comunidad científica y gracias a ello Atapuerca se convirtió en un referente mundial. Y no es para menos: el cráneo de Miguelón ostenta el título del cráneo de homínido fósil más completo y mejor conservado del mundo.
Miguelón también es el homínido más conocido de la red. Su cuenta en twitter es, bajo mi punto de vista, un ejemplo a seguir. Poner cara y personalidad aunque sea ficticia a un homínido despierta el interés por la paleoantropología de aquel que se cruce con él en su timeline. ¿A quién no le interesa saber de dónde venimos?
Para animar a los curiosos sapiens a despejar sus dudas (o alimentarlas) Miguelón organizó hace unos meses un encuentro virtual con los tuiteros. Propuso el hashtag #evolutionchat como punto de encuentro. Él y una experta del MEH respondieron las preguntas que plantearon los internautas.
“El jueves, 17h, tendremos #Evolutionchat para hablar sobre la Evolución, el Museo y mi especie. Podéis enviar ya preguntas. Please RT”, tuiteó.
“Intentaremos durante un par de horas contestar a las preguntas que nos vayan dejando los sapiens y atender sugerencias”, añadía.
Con esta actividad, que tiene previsto repetir pronto de la mano de alguno de los directores de los yacimientos, Miguelón brilla por su excelente capacidad para hacer relaciones con otros usuarios de twitter. Este homínido también aglutina a gente de lo más dispar creando listas que tuitean bajo un mismo hashtag. Yo, por ejemplo, pertenezco a ‘Divulgadores de ciencia, estudiantes y Profesionales dedicados a la ciencia y al saber de los demás’. Y, como rendida admiradora de Miguelón, tengo el honor de formar parte de la ‘TribuATA, l@s más fieles seguidoras de este humilde heidelbergensis’. Pero hay más listas, como ‘No homínidos en mi TL’, formado por una tortuga, una rata del Pleistoceno, un buitre y un león.
La cuenta de Miguelón también atrae visitantes al Museo de la Evolución y para muchos (me incluyo) es un hecho emocionante desvirtualizar a esteheidelbergensis durante la visita. Allí encuentran una reconstrucción de Miguelón en la plenitud de su vida. Aparece sin la fractura del lado izquierdo de la cara que le mató al infectarse. Con 35 años, 1,70 metros de altura y una complexión robusta que ilustra sus probables 95 kilos de peso.
Miguelón tiene también un blog con otra estrella de la paleoantropología, laAustralopithecus afarensis Lucy. Los contenidos son muy divulgativos y divertidos. No dejéis de leer ‘La dieta en la galería de los homínidos’, donde nos presentan los menús que degustaban las distintas especies de homínidosde la galería del Museo de la Evolución y ‘Los simios emprendedores’ sobre eluso de herramientas de los simios.  Yo ando enganchada a la pareja peluda.
Algunos internautas lanzaron hace unas semanas un llamamiento para que la hembra se haga una cuenta de twitter. Ella ha sucumbido, ha seguido el mismo camino que Miguelón y ya la tenemos tuiteando. Su bio reza: “Homínida bajita, peluda y fan de los Beatles. Australopithecus afarensis nacida en Tanzania hace más de 3 millones de años”.
¡Bienvenida Lucy!

homo antecessor

HOMO ANTECESSOR DE MARCHA
Hace más de 50 años que Abebe Bikila, el primer etíope en conseguir una medalla de oro en unas Olimpiadas, acometía la singular proeza de ganar la maratón de Roma corriendo descalzo. “Las zapatillas molestan para correr”,  fue la explicación que este humilde pastor de cabras, hasta entonces desconocido en el mundo del deporte, daba a los anonadados testigos de su gesta.  Esta historia tan poética, que conozco gracias a un buen amigo al que le gusta mucho correr, me ha hecho pensar en la sencillez y sin embargo en las dificultades que entraña la forma más común y que durante más tiempo ha utilizado el hombre para desplazarse de un lugar a otro del planeta. Los pies desnudos de Bikila sobre las adoquinadas calles de Roma devuelven memoria y candidez al hecho de caminar. Y si pensamos además en la humanidad hace casi un millón de años, es fácil imaginar que el coche de San Fernando fuese el único modo de transporte que los humanos conocían y que, si no descalzos, al menos lo harían con un calzado infinitamente rudimentario que apenas serviría para amortiguar las dificultades de un terreno irregular o pedregoso.
En un estudio que se publica en el International Journal of Osteoarchaeology, en el que participamos varios miembros del equipo de Atapuerca, con la investigadora Laura Martín-Francés al frente, se cuenta que Homo antecessorsufrió una fractura en un hueso del pie, un cuarto metatarso, y que ésta se estaba soldando cuando el individuo se murió. Sin embargo, podemos descartar que Homo antecessor hubiese fallecido por culpa de esta fractura del empeine, pues es un tipo de lesión apenas dolorosa aunque sí molesta, y que incluso muchas veces pasa desapercibida y no llega siquiera a diagnosticarse. Se trata de una fractura llamada de estrés o de marcha, por ser típica de atletas y militares, quienes someten a sus miembros inferiores a un tipo de actividad física continua, intensa o prolongada en el tiempo, como caminar, trotar o correr. No es una fractura debida a un evento único, a un impacto fuerte, a un golpe o a una carrera, sino más bien a una carga continuada y repetida ante la que el hueso acaba cediendo.  Sería más común en un gran senderista o en un corredor de fondo que en un sprinter. No se trata tampoco de una fractura abierta, sino de pequeñas fisuras que habitualmente no se ven, de forma que la lesión se suele diagnosticar por todas las reacciones secundarias que se dan en el hueso: la inflamación o periostitis y la formación del callo con el que la fractura se consolida. Sin embargo, en nuestro estudio, y gracias a la aplicación de la microtomografía axial computarizada, que permite imágenes de altísima resolución del interior del hueso, hemos sido  capaces de ver también esas microfracturas casi invisibles.
La fractura de marcha del metatarso de Homo antecessor, sería el caso más antiguo que se conoce de este tipo de lesión en un homínido. Se da además la curiosa casualidad, de que el otro único caso que conocemos, también en estadio de curación,  pertenece a la población de Homo heidelbergensis de la Sima de los Huesos de la Sierra de Atapuerca, diagnosticado por nuestra compañera Ana Gracia-Téllez -quien también participa en el estudio de Homo antecessor-  y quien lo presentó a la comunidad científica en la reunión de la American Association of Physical Anthropology en el año 2012 en Portland, Oregón.  La identificación de estas lesiones, podría estar sugiriendo que estas poblaciones del Pleistoceno estaban sujetas a esfuerzos físicos continuados, como podrían ser el recorrido de grandes distancias o los desplazamientos frecuentes a pie por un terreno desigual. La singularidad de que sin embargo no hayamos encontrado más casos en el registro fósil, puede deberse a que habitualmente se curan sin dejar prácticamente ni rastro.
A raíz de este trabajo, he recordado un cuento llamado  “El que espera”, de Ray Bradbury, en el que un “ente” aguarda en un pozo a que alguien se asome, para intentar apoderarse de su cuerpo. Esta es la forma en que el “ente”,  fascinado, describe de pronto la sensación de tener un cuerpo y ponerse en marcha sobre dos pies:
-Camino y es bueno caminar. Camino y el suelo está a mucha distancia cuando lo miro desde los ojos y la cabeza. Es como vivir en un hermoso acantilado sintiéndose feliz allí-.
Está claro que, con estas fracturas de marchaHomo antecessor Homo heidelbergensis pagaron su precio por vivir en el acantilado. Conociendo las vistas de la Sierra, creo sin embargo, que el precio que pagaron fue pequeño.

Martín-Francés, L., Martinón-Torres, M., Gracia-Téllez, A., Bermúdez de Castro, J.M. Evidence of stress fracture in a Homo antecessor metatarsal from Gran Dolina site (Atapuerca, Spain). International Journal of Osteoarchaeology (in press).

martes, 19 de marzo de 2013


imagenes

MesíasUngido o Cristo es, en las religiones abrahámicas, aquel hombre lleno del espíritu de Dios. A lo largo de la historia existieron muchas personas a las que se les consideró mesías, en diversas ramas religiosas. Generalmente, se entiende que este título en particular se asigna al enviado escogido por Dios, que traerá la paz a la humanidad restaurando el Reino de Dios.

resumen de el mesias



El cristianismo surgió primero entre los judíos palestinos que creían en la venida de un salvador llamado Mesías. Los primeros seguidores de Jesús creyeron que él era el Mesías. Todos los pueblos primitivos creían que las batallas se ganaban con ayuda divina. David, el creador del primer imperio judío, creía que tenía una relación divina con Yahvé y era llamado Mesías por el pueblo. Por tanto, puede que en su origen esta palabra se refiriera a las personas que poseían santidad o poder sagrado. Su historia de ascensión desde un nacimiento humilde y su elevación a través de la carrera militar eran el ideal de la figura militar-mesiánica judía. Yahvé había prometido que el reino de David perduraría, pero se desmoronó poco después de la muerte de David. El lugar escogido para el desarrollo de este gran imperio, constituía un pasillo militar que recorrían los grande ejércitos de la antigüedad de los egipcios a los romanos pasando por babilonios, sirios, persas y griegos. El gran misterio era porque no se había cumplido la promesa de Dios y su pueblo había sido esclavizado y sometido repetidas veces. La respuesta fue que los judíos tampoco habían cumplido su promesa, al violar las leyes sagradas y practicar ritos impuros. Cuando estos borraran sus pecados, serían perdonados y un nuevo Príncipe vendría a vengar a su pueblo y construiría un imperio eterno.
Estas profecías se realizaron en el contexto de verdaderas guerras de liberación, contra un sistema colonialista explotador, llevadas a cabo por Mesías militares que tenían el apoyo popular. Durante el período del imperio romano fue el estilo de vida predominante en la zona de Palestina. El pueblo quería ver restablecido al Mesías, porque creía que acabaría con la explotación económica y social y castigaría a sacerdotes y terratenientes. Al principio los guerrilleros eran considerados meros ladrones o bandidos, lestai, pero posteriormente se les aplicó el término dezelotes, que indicaba su celo por la ley judía. Estos creían que con la ayuda del Mesías conseguirían el derrocamiento del imperio romano y entre los años 40 a. C. y 73 d. C. hubo como mínimo cinco líderes mesiánicos judíos, sin incluir a Jesús ni a Juan Bautista.
El estilo de vida militar mesiánico constituyó un fracaso adaptativo, para Harris, pues no consiguió restaurar el reino de David y provocó la pérdida de la integridad del Estado judío. La revolución contra Roma fue provocada por las desigualdades del colonialismo, y la guerra se emprendió por razones prácticas y mundanas aunque públicamente se primaran las religiosas. La revolución significa que una población explotada debe tomar medidas desesperadas frente a las grandes dificultades que supondrá derrocar a sus opresores. La alternativa es tan detestable que hace que valga la pena correr riesgos. El Mesías pacífico aparece como un hecho inexplicable, dada la fuerte penetración social que detentaba la figura del Mesías vengador. Su aparición en el tiempo parece equivocada.
El momento, pues, no parece el más propicio, pero no es posible un error de cuarenta años en la cronología convencional, aunque si podemos estar equivocados sobre el contenido de sus enseñanzas. La solución sería que Jesús no era tan pacífico como se suele creer y que sus enseñanzas no suponían una ruptura con la tradición judía. Es posible que la transformación se diera después de la caída de Jerusalén, cuando los cristianos judíos se desprendieran de los componentes político-militares originales. La continuidad de sus enseñanzas con la tradición viene apoyada por su relación con Juan el Bautista, que corresponde claramente al prototipo de hombre santo errante.
Los manuscritos de Quamran hacen difícil separar las doctrinas de Juan el Bautista de la tradición militar-mesiánica judía. La semejanza con Jesús era enorme. Cuando la popularidad de Jesús creció, inició su predicación en Jerusalén, era el Mesías de una pequeña nación y su príncipe de la guerra aparentemente inofensivo, descendiente de David. Al menos dos de sus discípulos tenían apodos que los vinculaban con los combatientes: Simón, el zelote y Judas, Iscariote (muy similar a sicarri, como se conocía a los homicidas del puñal que asesinaban a romanos y colaboracionistas). Otros dos tenían apodos militares, y en los evangelios se indica que otros discípulos llevaban espadas y opusieron resistencia armada a la detención de Jesús. Observamos por tanto que la conciencia de estilo de vida de Jesús y su círculo no era la de un Mesías pacífico.
La teoría de Harris es que, los escritores de los Evangelios cambiaron el equilibrio hacía la figura de un Mesías pacífico. Otro hecho que llama la atención es que junto a Jesús fueron crucificados dos lestai o bandidos zelotes, pudiendo tratarse de una demostración romana del tipo de tratamiento que todos los que se opongan al dominio recibirán. Además, los discípulos se mantienen alejados durante la crucifixión, pues no pueden creer que un Mesías permitiera ser crucificado. Sólo después de la desaparición de su cuerpo de la tumba se comprendió, y algunos discípulos empezaron a tener visiones. Así se dijo que la muerte de Jesús demostraba que Dios daba otra oportunidad a los judíos. Jesús volvería si la gente se arrepentía de sus dudas y pedía perdón a Dios. Pero esto no cambio el tipo de Mesías que se seguía esperando.
La figura del Mesías pacífico no se perfeccionaría hasta más tarde, cuando Pablo sentó las bases para el culto pacifista como consecuencia de la infructuosa guerra contra Roma. Pablo predicaba entre los millones de judíos exiliados que vivían por todo el imperio romano. Se produjeron enfrentamientos con la comunidad de Jerusalén, que creía que Pablo beneficiaba a los no judíos y infringía las leyes del señor. Pero hacia el año 70 d. C. la madre iglesia de Jerusalén había perdido su predominio y las condiciones adecuadas para que se propagara el culto de un Mesías pacífico estaban asentadas. El reino cristiano de Dios, no era de este mundo y la salvación se encontraba en la vida eterna tras la muerte. Los romanos quedaban absueltos de la culpa de su muerte que recaía en los judíos. El cristianismo era la religión de los grupos étnicos desplazados pero no de los campesinos romanos. Con la conversión de Constantino y del imperio romano el Mesías romano presidiría la muerte de millones de soldados cristianos y de sus enemigos.

lunes, 4 de marzo de 2013

ORIGEN Y DISPERSION DE HOMO


Resumen


Los primeros representantes del género Homo se caracterizan por tener un tamaño de cerebro mayor, y por lo tanto mayores capacidades cognitivas y una mayor inteligencia.
Los fósiles más antiguos del género Homo se pueden asignar a dos especies: Homo rudolfensis y Homo habilis. La primera de ellas (entre 1,9 y 1,6 millones de años de antigüedad) se caracteriza por un cerebro mayor y el esqueleto facial más grande y plano, eltorus está muy poco marcado, y la mandíbula y los dientes son mayores que en Homo habilis. La segunda especie (entre 2,4 y 1,8 millones de años) tiene un cerebro de menor tamaño, un aparato masticador menos desarrollado, y una forma craneal más similar a los humanos posteriores en el tiempo.
El cuerpo de Homo habilis no era muy diferente al de los autralopitecos. Sin embargo, ya había experimentado una expansión del cerebro (entre 500 y 750 cc) y se le atribuye la elaboración de las primeras industrias líticas de tipo Olduvayense o de Modo 1. Los primeros Homo son las primeras especies que no están ligadas a un medio forestal y habrían habitado paisajes con espacios más abiertos.
Homo ergaster abarca un rango cronológico entre 1,8 y 1,4 millones de años. Tiene capacidades cerebrales entre 800 y 900 cc y sus cráneos son alargados, bajos y con la base ancha. Los torus supraorbitarios están muy marcados, son menos prognatos y sus huesos nasales están proyectados fuera del resto de la cara. El esqueleto más completo de esta especie es el "niño del Turkana" o WT 15000, que pertenece a un individuo de unos 10-11 años de edad y tiene un tamaño y estructural corporal similar al de la humanidad actual. A esta especie se le atribuye la "invención" del Achelense o Modo 2.
El tamaño del cerebro es la característica más notable del género Homo. La mayor parte de miembros del género Homo tiene tamaños cerebrales superiores a los 600 cc, considerablemente mayores que los grandes antropoides, los de Australopithecus y los de Paranthropus.
El grado de encefalización se calcula en términos relativos respecto al tamaño corporal. Pero la relación entre el tamaño del cuerpo y el del cerebro crece de forma alométrica, es decir que las proporciones entre los órganos cambian al aumentar el tamaño corporal. Para comparar el encéfalo de especies de tamaños diferentes calculamos el peso encefálico que debería tener según su peso corporal y comparamos ese valor con su peso encefálico real. El índice entre valor esperado y el valor real se conoce como índice de encefalización. Los humanos tenemos un encéfalo 2,9 veces superior al tamaño de encéfalo esperado para un primate haplorrino que tuviera nuestro peso corporal. En los primeros Homo se produce un aumento en el índice de encefalización y aparece una estructura cerebral similar a la de la humanidad actual: presentan asimetrías entre los hemisferios cerebrales y el lóbulo frontal se hace más complejo y de mayor tamaño.
La capacidad cerebral de los primeros Homo es mayor que en los australopitecinos y sus arcadas dentarias se encuentran situadas debajo de la cara al reducirse el prognatismo de los primeros Australopithecus. Y, aunque los dientes de los primeros humanos están cubiertos por una gruesa capa de esmalte, tienen una mandíbula y unos dientes de menor tamaño, especialmente los premolares y molares. Calculando el índice de megadoncia, los dientes de Homo habilis son proporcionalmente más pequeños que los de Australopithecus yParanthropus, y todavía son menores en Homo ergaster.
Es necesario un cambio en el tipo de alimentación para conseguir la energía que requiere un mayor tamaño del cerebro, unido a la reducción del tubo digestivo y del aparato masticador. Para ello se incorporan a la dieta alimentos de fácil asimilación y gran poder calorífico, como son las grasas y proteínas animales.
El ritmo de desarrollo de los primeros Homo es más lento y la erupción dental se retrasa respecto al chimpancé y a los primeros homínidos, proporcionando un largo periodo de aprendizaje donde se adquirieren las capacidades cognitivas de los humanos.
Desarrollo del Tema


Introducción
Los primeros estadios de evolución de nuestro género siguen en estado de confusión. No tenemos claro el papel de Australopithecus africanus, y todavía no conocemos cual es el papel de Australopithecus garhi. Además, las primeras especies de Homo aparecen en un corto espacio de tiempo, algunas de ellas son contemporáneas, y los antepasados y sus posibles descendientes están separados por un lapso temporal muy pequeño.
Tampoco es fácil identificar cuales son las características que definen al género Homo. En primer lugar, porque mucho de lo que distingue a los humanos son características de su comportamiento que no dejan evidencia fósil. En la mayoría de las ocasiones podemos recurrir a pruebas indirectas para saber si los primeros humanos tenían o no un lenguaje, cual era su comportamiento social, su dieta o su forma de captar alimentos...
La definición del género Homo ha estado siempre sujeta a la polémica, ya que consciente o inconscientemente, conlleva la definición de lo que consideramos "ser humano". Existe toda una serie de características que se encuentra en el género Homo: forma de locomoción, morfología dental, caracteres de la cara y el cráneo, etc. Pero lo que siempre se destaca de manera significativa en todas las definiciones es el mayor tamaño relativo del cerebro que presenta nuestro género frente a otras especies.
El género Homo se caracteriza por tener un tamaño de cerebro relativamente grande, y por lo tanto con mayores capacidades cognitivas y una mayor inteligencia. Otra de las características que se incluyen en la diagnosis de los humanos es el menor tamaño de la mandíbula y de los dientes. Aunque el esmalte dentario sigue siendo grueso, el tamaño de los dientes de Homo se reduce, especialmente los premolares y molares. También la erupción dental se retrasa respecto al chimpancé y a los primeros homínidos y el ritmo de desarrollo es más lento.
3.1 Definición del género Homo
El promedio del cerebro de la humanidad actual está en torno a los 1250-1350 cc de capacidad, aunque con un amplio rango de valores desde los 1000 cc hasta los 2000 cc. Pero en la evolución humana )cuál es el tamaño mínimo de un cerebro para considerarlo humano?. Antes de 1964, la opinión era que ese "Rubicón cerebral" oscilaba entre 700 cc y 800 cc. A finales de los años 40 el antropólogo británico sir Arthur Keith propuso la cifra de 750 cc, una cifra a medio camino entre los tamaños de cerebro de los grandes antropoideosy los cerebros humanos. Esta propuesta fue aceptada de forma mayoritaria. Pero en 1964, Louis Leakey, Phillip Tobias y John Napier anunciaron el descubrimiento de una nueva especie de Homo, el Homo habilis, y propusieron un nuevo rubicón cerebral de tan sólo 600 cc. Estos autores presentaron varios fósiles de esta nueva especie procedentes de la garganta de Olduvai con una antigüedad de alrededor de 1,8 millones de años, y entre ellos un cráneo fósil con una capacidad de tan solo 680 cc, una cifra inferior a la propuesta por Keith. La nueva especie, Homo habilis, era el miembro más antiguo de nuestro género y Leakey la consideraba antepasada directa de Homo sapiens asumiendo que Homo erectusera una rama lateral. La dentición posterior de Homo habilis, aunque grande, era más estrecha que en otros homínidos.
Aunque Homo habilis fue recibido inicialmente con muchas objeciones, dado el gran parecido morfológico que presentaban con Australopithecus africanus, la mayoría de los antropólogos aceptaron la nueva especie y consideraron una línea evolutiva continua desde Homo habilis, pasando por Homo erectus, a Homo sapiens. Esta visión lineal de la evolución humana está siendo abandonada en la actualidad por modelos evolutivos de tipo ramificado, donde se incluyen numerosas especies de Homo (H. neanderthalensis, H. rudolfensis, H. ergaster, H. antecessor), algunas de ellas extintas y otras que no son antepasadas directas de nuestraespecie, sino líneas evolutivas laterales.
Entre estos primeros restos de la Garganta de Olduvai, atribuidas a Homo habilis, se incluían los restos de una mano y un pie. Según John Napier este humano ya tenía capacidad para fabricar y utilizar herramientas líticas, además éstos fósiles se encontraron asociados a numerosos restos de industria lítica de tipo Olduvayense. Algunos autores opinan que, dada la estructura primitiva de algunas partes del esqueleto de Homo habilis, esta especie mantenía la capacidad de trepar a los árboles.
3.2 El registro fósil de los primeros humanos
Existe una serie de fósiles muy fragmentarios de entre hace 2,5 y 2 millones de años que han sido atribuidos al género Homo: el temporal de Chemeron (BCI), la mandíbula de Malawi (UR 501), dientes aislados del valle del río Omo. Sin embargo, en todos estos casos la asignación taxonómica o su cronología no está clara.
Los fósiles más antiguos, que pueden ser atribuidos con toda seguridad a nuestro género, proceden de Hadar (Etiopía). En esta región, el equipo de D. Johanson encontró un maxilar muy completo (A.L. 666-1) que tiene una antigüedad de alrededor de 2.4 millones de años. Aproximadamente, de la misma época, son las industrias líticas más antiguas reconocidas. De hecho, el maxilar de Hadar es el fósil más antiguo asociado con una veintena de utensilios de piedra. Este hecho refuerza la idea de que Homo es el autor de las primeras industrias.
A este respecto, recientemente T. White ha publicado una nueva especie de homínido Australopithecus garhi asociada con huesos fracturados intencionalmente y que presentan marcas de corte en su superficie. Sin embargo, junto a los fósiles de homínido no se ha hallado ningún utensilio lítico y la asociación con los huesos puede ser casual y los huesos ser producto de las actividades de otra especie de homínido.
Los fósiles de Homo con menos de 2 millones de años de antigüedad son mucho más abundantes, y hasta hace poco se atribuían a dos especies: Homo habilis los más antiguos y Homo erectus los más recientes. Actualmente, y según el estudio de Bermond Wood, pueden distinguir tres especies entre los fósiles humanos más antiguos de África: Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo ergaster. Las dos primeras especies se reparten los fósiles que antes se consideraban de Homo habilis, y todos los fósiles africanos antes atribuidos a Homo erectus (excepto el cráneo OH 9) son ahora asignados a Homo ergaster.Homo rudolfensis se distingue de Homo habilis por tener un cerebro mayor en combinación con una dentición de gran tamaño y en muchos aspectos similar a la de Paranthropus. En cambio, Homo habilis tiene un cerebro mayor que Australopithecus y Paranthropus, pero menor que Homo rudolfensis, su aparato masticador es más pequeño y presenta un toro supraorbital separado de la escama frontal por un leve surco.
3.2.1 Homo habilis/Homo rudolfensis
Todos los fósiles atribuidos a Homo rudolfensis proceden de las orillas del lago Turkana y tienen un rango cronológico entre 1,9 y 1,6 millones de años. En el año 1972, Richard Leakey encontró en el margen oriental del lago Turkana el cráneo más completo asignado aHomo rudolfensis, que se denomina KNM-ER 1470 y que tíene una antigüedad de 1,9 millones años. Para algunos este cráneo pertenece a la especie Homo habilis, pero para otros las diferencias de tamaño y de forma indican que pertenece a Homo rudolfensis. Sin embargo, si el dimorfismo sexual de los primeros Homo fuera similar al de los australopitecos y parántropos las diferencias que presentan Homo rudolfensis y Homo habilispodrían deberse a las diferencias entre los dos sexos. Pero las diferencias entre KNM-ER 1470 y los demás de Homo habilis no residen tan sólo en el tamaño, sino también en la forma. Las características craneales de Homo rudolfensis son: mayor cerebro y esqueleto facial más grande ancho y plano, el torus está muy poco marcado, y la mandíbula y los dientes son mayores que en Homo habilis.







Figura 5.1.1 Comparación entre Homo rudolfensis (KNM-ER 1470) y Homo habilis (KNM-ER 1813).
Como hemos visto anteriormente, la especie Homo habilis fue propuesta en 1964 a partir de restos procedentes de la Garganta de Olduvai (Tanzania). Con posterioridad, más fósiles de Olduvai han ampliado el registro de esta especie abarcando un rango cronológico entre hace 1,8 y 1,6 millones de años. Entre ellos, los cráneos más completos son OH 24 y OH 13.



Figura 5.1.2 Cráneo de Homo habilis OH 24 procedente de la garganta de Olduvai (Tanzania).
La forma corporal de Homo habilis la conocemos gracias al esqueleto parcial OH 62 hallado por D. Johanson y T. White en 1986, en Olduvai. Los más de 300 fragmentos pertenecían a una hembra adulta de tan solo un metro de estatura y tienen 1,8 millones de años de antigüedad. La dentición y el paladar de este individuo permite atribuirlo al género Homo. El tamaño corporal de este esqueleto nos hace pensar que los primeros representantes de nuestro género tenían un dimorfismo sexual similar al que presentaba Australopithecus afarensis. Además, el esqueleto postcraneal de este fósil muestra características muy primitivas. Se puede estimar la longitud total de sus miembros a partir de los fragmentos dediáfisis. La relación entre la longitud de brazos y piernas en OH 62 es primitiva (el húmero es el 95% la longitud del fémur), es decir, sus brazos son relativamente largos, una proporción más parecida a la de los chimpancés que la que presenta el mismo Australopithecus afarensis (85%).
De las orillas del lago Turkana (Kooki Fora, Kenya) procede el cráneo KNM-ER 1813 y el esqueleto parcial KNM-ER 3735, muy similares a los fósiles de Olduvai. También se han encontrado restos de Homo, muy probablemente de la especie Homo habilis, en el yacimiento sudáfricano de Sterkfontein con una antigüedad de 1,8 millones de años (STW 53). En general, los cráneos de Homo habilis presentan un mayor tamaño del cráneo pero un esqueleto que conserva su forma primitiva.

Figura 5.1.3 Cráneo de Homo habilis KNM-ER 1813 procedentes de la orilla oriental del lago Turkana (Kenia).
 3.2.2 Homo ergaster
Entre hace 1,8 millones de años y 1,4 millones de años aparecen fósiles en África pertenecientes a una nueva especie de Homo: Homo ergaster. Muchos autores consideran que los fósiles atribuidos a esta especie deben ser incluidos en la especie Homo erectus. Pero en la actualidad se prefiere reservar el término Homo erectus exclusivamente para designar a los fósiles que desde el Pleistoceno inferior evolucionaron de forma local en Asia hasta su desaparición en el Pleistoceno superior. Homo ergaster presenta un claro aumento en el tamaño del cerebro y el tamaño y la estructura corporal con muy similares a los de la humanidad actual.
Los fósiles más antiguos de Homo ergaster proceden de yacimientos situados en la orilla este del lago Turkana (Kenia). El cráneo KNM-ER 3733 fue descubierto en 1975 en la región de Koobi Fora, está datado entre 1,5 (toba Okote) y 1,82 millones de años (toba KBS) y tiene una capacidad cerebral de 850 cc. El segundo cráneo más completo de esta especie es el KNM-ER 3883, procedente de la zona de Ileret, tiene una capacidad cerebral de unos 800 cc y tiene alrededor de 1,6 millones años. También se han encontrado restos mandibulares, dentales y un cráneo parcial (SK 847) de Homo ergaster en el yacimiento sudáfricano de Swartkrans.

Figura 5.1.4 Los dos cráneos más completos de Homo ergaster KNM-ER 3883 (izquierda) y KNM-ER 3733 (derecha)procedentes de la orilla oriental del lago Turkana (Kenia).
Estos cráneos muestran un aumento del tamaño del cerebro, son bajos y con la base del cráneo ancho; presentan un torus supraorbitario bien desarrollado e independizado del resto del hueso frontal por un surco bien marcado; los huesos nasales sobresalen del resto de la cara; el esqueleto facial es menos prognato; y los molares son relativamente más pequeños.


Figura 5.1.5 El cráneo más completo de Homo ergaster KNM-ER 3733, procede de la orilla oriental del lago Turkana (Kenia). Tiene una capacidad cerebral de 850 cc.
El fósil más completo de Homo ergaster es el esqueleto WT 15000, hallado en 1984 por el equipo de Richard Leakey al oeste del lago Turkana, en el yacimiento Nariokotome III (Kenia). Las formaciones volcánicas próximas al lugar del descubrimiento permiten datar este fósil en cerca de 1,5 millones de años. Pertenece a un adolescente de unos 11-12 años y la morfología de la pelvis permite asignarlo al sexo masculino, por lo que se le conoce familiarmente como el "niño del Turkana". Este esqueleto conserva casi todas las partes del esqueleto, a excepción de los huesos de las manos y de los pies. La estatura estimada al morir de este individuo era de unos 160 cm y se calcula que podría haber alcanzado una estatura de unos 180 cm cuando llegase a adulto, aunque debido a una patología en sus vértebras quizás no hubiese alcanzado esa estatura. Por primera vez en la evolución humana nos encontramos con un tamaño corporal similar al de la humanidad actual. Este esqueleto también tiene una estructura corporal muy parecida a la nuestra. La proporción entre la longitud del húmero y el fémur es muy similar a la que tienen los humanos actuales (74%), y contrasta con la hallada para el fósil de Homo habilis, OH 62 (95%).
Figura 5.1.6 El esqueleto WT 15000 es el fósil más completo de los primeroshomínidos. Pertenece a laespecie Homo ergaster y fue hallado en 1984 en la orilla occidental del lago Turkana (Kenia) y tiene una antigüedad de 1,6 millones de años. Corresponde a un individuo masculino de 10-11 años de edad.

Homo ergaster tiene una estructura y un tamaño corporal muy parecido al de los humanos posteriores en el tiempo. Posee un gran cerebro y asociado a él aparece en el registro fósil una nueva forma más compleja de fabricar los utensilios de piedra, el Achelense o Modo 2. Los primeros bifaces, que caracterizan este Modo técnico, aparecen en el registro fósil hace 1,4 millones de años de antigüedad y proceden del yacimiento de Konso (Etiopía) donde aparecen junto a una mandíbula de Homo ergaster.
En 1961 apareció en la Garganta de Olduvai el cráneo OH 9 en la parte superior del lecho II. Este cráneo tiene una antigüedad de 1,2 millones de años, se le estima un capacidad craneal en torno a los 1000 cc y su morfología parece intermedia entre los Homo ergasterafricanos y los Homo erectus asiáticos. Todavía no está claro cual es el lugar que este fósil ocupa en la evolución humana , porque los fósiles más antiguos de Asia parecen superar esa edad.
En el año 1998 se ha publicado el hallazgo de un cráneo muy completo, procedente de la depresión de Danakil en Eritrea, que parece pertenecer a la especie Homo ergaster y que tiene una antigüedad de 1 millón de años. Esto extendería el rango cronológico de esta especie hasta esa fecha tan reciente, no obstante la datación de este fósil es todavía incierta.
3.3 El desarrollo del cerebro
Uno de los mayores problemas en el estudio de los primeros homínidos y primeros Homo es valorar el grado de desarrollo del cerebro y su tamaño, ya que guarda relación con las capacidades cognitivas y la inteligencia de nuestro género. Dos son los aspectos a analizar en el desarrollo del cerebro:
  • Cuantificar el aumento de tamaño del encéfalo a lo largo de la evolución de loshomínidos, es decir el proceso de encefalización.
  • El análisis de los cambios en la estructura y la morfología del cerebro.

3.3.1 La encefalización
El tamaño absoluto del encéfalo no es una buena medida de la inteligencia, ya que su volumen depende del tamaño del cuerpo. Los humanos tenemos un peso del cerebro en torno a los 1250-1350 gramos. Pero no somos los mamíferos con el mayor encéfalo, nos superan los grandes mamíferos como elefante africano (alrededor de 5.600 g de encéfalo) o las ballenas (6.800 g). El encéfalo cumple otras misiones, como la coordinación del funcionamiento resto del cuerpo, y por lo tanto debe ser grande en especies de gran tamaño corporal.
Para corregir este fenómeno y conocer el tamaño relativo del encéfalo, podemos elaborar un índice entre el tamaño del cuerpo y el encéfalo. Sin embargo, el resultado de este índice nos da resultados mayores para los mamíferos más pequeños, como los ratones o musarañas. Esto sucede porque el tamaño del cuerpo y el del cerebro crecen de forma alométrica, es decir que las proporciones entre los órganos cambian al aumentar el tamaño corporal. Así, en los mamíferos el tamaño del encéfalo crece más despacio que el tamaño del cuerpo, y el encéfalo se va haciendo proporcionalmente menor al aumentar el tamaño del cuerpo.
El único método para comparar el encéfalo de especies de tamaños diferentes es la de calcular el peso encefálico que debería tener según su peso corporal (valor esperado) y comparar dicho peso con su peso encefálico real (valor encontrado). El índice entre valor esperado y el valor real se conoce como índice de encefalización. Si el índice es igual a 1, esa especie tiene el tamaño de encéfalo que le corresponde a su tamaño corporal. Si el valor es superior a 1 los encéfalos son mayores de lo esperado. El punto crucial en la elaboración de estos índices de encefalización es la elección del grupo con el que se hayan los valores esperados.
La relación existente entre el peso del encéfalo y el peso corporal, en los mamíferos, puede resumirse en la siguiente función:
Peso encefálico = 0'12 x (Peso corporal)0'667
Pero cuando se quieren comparar especies de mamíferos que están muy próximas entre sí, como es el caso de los antropomorfos y los homínidos, es preferible calcular el peso encefálico esperado referido al grupo al que pertenece la especie problema. Robert Martin ha propuesto para los primates haplorrinos (grupo al que pertenecen tanto los antropomorfos como los homínidos) una variación en la fórmula usando el exponente 0'75.
De esta forma los humanos tienen un tamaño del encéfalo superior a 7 veces la de un mamífero de su tamaño, pero respecto a los primates haplorrinos es sólo unas 3,2 veces superior.
3.3.2 La encefalización de los primeros humanos
El tamaño del encéfalo puede ser calculado en los fósiles midiendo el espacio que aloja la cavidad craneal y que contiene tres órganos: el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo. Esta capacidad craneal es casi equivalente al peso del encéfalo (a una capacidad de 1000 cc le corresponde un peso de 971 g).
La estimación del peso corporal en las especies fósiles es más problemática porque no existe ninguna medida esquelética que lo refleje directamente. Debemos estimar el peso a partir de las medidas de algunas partes del esqueleto que estén correlacionadas con él, como son el tamaño de las articulaciones o epífisis por donde se trasmite gran parte del peso del cuerpo (las articulaciones de fémures y tibias, o las vértebras lumbares y sacras en el caso de los bípedos). Utilizando los datos de pesos corporales y el tamaño de las articulaciones en primates vivos podemos hallar la relación matemática entre ellos. En el caso de los homínidos, dado que todos ellos tienen un tipo de locomoción bípeda, la relación que existe en los humanos actuales es la más apropiada para hallar el peso de los fósiles. Pero en el registro fósil son muy escasos los esqueletos asociados a cráneos, donde se pueda calcular en un mismo individuo el peso corporal y la capacidad craneal. El primero de ellos, como hemos visto, es el esqueleto de un joven de Homo ergaster (KNM WT 15000) con 1,6 millones de antigüedad. En muchos de los casos la asignación taxonómica es dudosa y no estamos seguros de la especie a la que pertenecen algunos fósiles. Así, en los primeros homínidos y primeros Homo tenemos que recurrir a los pesos corporales y tamaños de encéfalo calculados sobre diferentes individuos y utilizando diferentes partes del cuerpo. Los promedios de pesos encefálicos y los índices de encefalización calculados para las primeras especies de homínidos son:

Peso promedio del encéfalo
Índice deencefalización
Australopithecus afarensis
426 g
1,23
Australopithecus africanus
436 g
1,3
Paranthropus robustus
523 g
1,54
Paranthropus boisei
508 g
1,34
Homo habilis / Homo rudolfensis
619 g
1,67
Homo ergaster
805 g
1,72
Podemos observar que Australopithecus y Paranthropus tienen una encefalización mayor que los chimpancés (1,2) pero inferior a los primeros Homo. Entre Homo habilis y Homo ergasterhubo un aumento importante en el tamaño absoluto del cerebro pero que está compensado por el crecimiento del cuerpo, y resulta un valor de encefalización similar. Es decir, el crecimiento del cerebro está vinculado a los primeros representantes del género Homo, que tienen índices de encefalización un 50% mayores que los chimpancés y que representan casi dos tercios del valor de la humanidad actual (3,1). En cambio, entre Homo habilis yHomo ergaster el cambio más importante que se produjo fue el cambio del tamaño y estructura del esqueleto.
3.3.3 La estructura del cerebro
El cerebro humano tiene una estructura distinta a la de otros primates y en la superficie cerebral podemos localizar regiones que participan de forma especializada en diferentes actividades físicas o cognitivas. Debido a la especialización de las diferentes regiones del cerebro podemos observar grandes diferencias morfológicas en la estructura del cerebro de los humanos y los chimpancés.
En los fósiles, la estructura del cerebro puede ser estudiada a través de las impresiones que deja en las paredes internas del cráneo los surcos, circumvoluciones, cisuras y venas meníngeas. En muchos casos stas impresiones son muy tenues y limitan nuestro estudio únicamente a la superficie del cerebro.
En los Australopithecus y Paranthropus existe disparidad de opiniones sobre el grado de reorganización cerebral que tienen respecto de los antropomorfos. Sin embargo, todos los autores están de acuerdo en que Homo habilis y Homo ergaster ya tienen una morfología cerebral similar a la de humanos modernos y presentan las siguientes características:
1) Asimetría entre los hemisferios.
2) Desarrollo y complejidad del lóbulo frontal.
3.3.3.1 Asimetría entre los hemisferios.
El cerebro humano actual es muy asimétrico. La asimetría entre ambos hemisferios cerebrales esta relacionada con la lateralización cerebral, es decir, la especialización de cada una de las regiones cerebrales en distintas funciones. En los cráneos de los primerosHomo ya puede observarse esta asimetría cerebral.
3.3.3.2 Desarrollo del lóbulo frontal.
El lóbulo frontal es responsable de algunas capacidades cognitivas exclusivas de los humanos o que en éstos están mucho más desarrolladas. Entre las funciones del lóbulo frontal se encuentran la de establecer la secuencia de movimientos del aparato fonador, el control de las emociones, la concentración, la planificación y anticipación, el control de la memoria...
A lo largo de la evolución humana, el lóbulo frontal ha crecido en tamaño absoluto y en relación al resto del cerebro. Además, su superficie se ha hecho más compleja aumentando el número de sulcos en su superficie.
Algunos autores relacionan el aumento del tamaño cerebral de los primeros humanos con las ventajas que les proporcionaría para desenvolverse socialmente dentro de un grupo, porque el tamaño del neocórtex respecto al resto del encéfalo está en función directa al tamaño del grupo social. También el mayor tamaño del cerebro se relaciona con el desarrollo de las capacidades lingüísticas en los primeros Homo, necesario para tener una mayor complejidad social.